La situación política ha creado nuevas oportunidades para hacer negocios en Ucrania debido a su acercamiento progresivo a Europa y a la implantación de múltiples reformas que pretenden convertir al país en una economía libre y alejar el yugo de la corrupción y la oligarquía.
Ucrania, país relativamente desconocido para muchos en España hasta hace muy poco, lleva ya más de dos años en el ojo del huracán informativo, desde la inestabilidad que dio lugar a la destitución de su ex presidente Viktor Yanukovich en febrero de 2014 y a la anexión de la República de Crimea por parte de la Federación Rusa, a finales de marzo del mismo año.
Situada entre dos grandes bloques económicos, la Unión Europea y la Unión Económica Euroasiática, Ucrania es el segundo Estado más extenso de Europa, sólo por detrás de Rusia.
Con un PIB de 160.000 millones de euros, su economía se ha visto lastrada en dos ocasiones muy claras durante los últimos 25 años, por dos fenómenos ligados parcialmente a su vecino exsoviético: entre 1990 y 2000 por su independencia de la URSS, que dañó su índice de producción industrial y su estabilidad de precios, y desde 2014 a causa de sus roces con Rusia, que hasta hoy sigue siendo con mucha diferencia su primer socio comercial.
No obstante, Ucrania ha virado su rumbo decididamente hacia occidente, lo que abre nuevas perspectivas que llevan a concluir que su situación de inestabilidad actual es el prolegómeno a medio y largo plazo de su integración en un marco superior de seguridad jurídica europea. Sus peculiaridades y ventajas hacen hoy de este país de Europa oriental un activo muy depreciado, en el que resultará extraordinariamente rentable invertir a la baja.
Desde el lado comercial, la mayoría de los exportadores españoles han optado por borrar a Ucrania del mapa hasta la clarificación de su situación política, en lo que a todas luces se trata de una estrategia errónea. Ucrania es hoy el ejemplo perfecto de que las percepciones generalizadas frecuentemente resultan ser exageradas. Como consecuencia de éstas, la competencia se ha retirado más que proporcionalmente en muchos sectores del comercio ucraniano y ha abierto así múltiples vías de acceso a nuevos actores.
Aquellos que duden sobre el futuro inmediato de este mercado de más de 45 millones de consumidores harían bien en considerar los siguientes factores de impulso:
- Ucrania constituye la tercera mayor reserva de hidrocarburos no convencionales (extraíbles mediante fracturación hidráulica o ‘fracking’) de toda Europa.
- Su terreno cultivable equivale a un tercio del total de la tierra productiva de la Unión Europea. Ya hoy, Ucrania es el tercer exportador mundial de maíz y el quinto de trigo, con un potencial de crecimiento muy relevante.
- Desde el 1 de enero de 2016 Ucrania forma parte ya de la zona de libre comercio de la Unión Europea, lo que en la práctica obliga a Europa a prestarle un nivel más cualificado de asistencia económica. También supone una oportunidad clara para el exportador europeo en general y el español en particular, para lanzarse a abordar un mercado todavía virgen, antes de que se sature de competidores, lo que se prevé suceda con toda probabilidad en un plazo de no más de 5 años desde su integración formal en la unión.
- En los últimos 20 meses el Grupo del Banco Mundial ha ofrecido un apoyo al presupuesto ucraniano de más de 4.000 millones de dólares, en forma de préstamos programáticos que vinculan al país a una serie de reformas orientadas hacia la persecución de la corrupción y la mejora de su competitividad.
- Los pronósticos de recesión para el país en 2016 han sido recientemente sustituidos por una previsión de crecimiento paulatino, debido al buen ritmo de implantación de reformas (en especial la consolidación fiscal), a la entrada en vigor del acuerdo aduanero con la Unión Europea y al bajo precio del combustible.
- El sector financiero ucraniano se encuentra actualmente en un proceso de recapitalización y reestructuración para asegurar la eficiencia en el desempeño de sus funciones y su capacidad para cubrir los depósitos en caso de quiebras bancarias. Junto a ello, las reservas internacionales del Banco de Ucrania se han incrementado un 260% hasta 13.000 millones de dólares, lo que resulta más que suficiente para mantener un tipo de cambio estable. En 2016 se espera una bajada de tipos de interés, lo que mejorará las condiciones de financiación en el país y dará inicio a un período de expansión crediticia.
- La fuerte devaluación de su moneda, la grivna, genera oportunidades muy interesantes de inversión, que se ven reforzadas por las previsiones de gran crecimiento a largo plazo. Junto a ello, después de una caída de la producción industrial en 2014 y 2015 existen abundantes recursos infrautilizados, a un precio muy reducido, lo que conjuntamente con la devaluación, permite compras muy ventajosas a las empresas occidentales.
- Su reforma energética unificará los precios de la energía en abril de este año, a fin de evitar el arbitraje privilegiado a favor de determinadas empresas, dirigidas por la oligarquía. Ello dará acceso a empresas españolas cuya competitividad es conocida internacionalmente y, con ellas, a muchas pymes que les acompañan como proveedores en múltiples proyectos.
- 2016 marcará el inicio de una larga lista de privatizaciones, que permitirán la entrada de accionistas internacionales con mayor experiencia y mayor nivel de exigencia respecto a los resultados operativos de las grandes empresas.
- Los mercados todavía “huérfanos” de competidores, las futuras obras de reconstrucción en el este del país y los reparos (en su mayoría poco consistentes) de muchas empresas a apostar por Ucrania en la actualidad, hacen del país el área con mejores oportunidades de desarrollo y retorno de inversiones de todo el continente europeo.
Con todo, Ucrania sigue sin ser un mercado sencillo, razón por la que resulta imprescindible acompañarse de una asesoría realista, que permita además aprovechar las ventajas de la coyuntura actual en los sectores cuyo atractivo se ha incrementado de forma más notable.
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Por José María Rodríguez Clemente, director ejecutivo y socio-fundador de Rusbaltika, consultora especializada en asesoramiento, representación e inversiones en el este de Europa.
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