Delegación comercial

Es la forma más sencilla y de menor coste para implantarse en el exterior. Consiste en una oficina de ventas que actúa como extensión de la empresa en un mercado exterior, pero sin personalidad jurídica, ni capacidad para realizar operaciones en nombre propio. Las instalaciones son muy reducidas –en ocasiones se dispone de una sala de exposiciones (showroom) o de almacén- y el personal se limita a muy pocas personas: delegado, secretaria de dirección y personal administrativo. Realiza funciones similares a las de un agente comercial que estuviera integrado en la propia empresa. Desde el punto de vista comercial, la delegación comercial (también denominada oficina comercial) ejecuta la política diseñada por la matriz, en particular, lo relativo al control y animación de la red de ventas. Las labores administrativas incluyen la transmisión de pedidos a la matriz, la gestión logística y aduanera, las entregas locales y el seguimiento en el cobro de las operaciones. La sociedad matriz, factura a los clientes que residen en el país y, por tanto, asume el riesgo de las operaciones. Una información completa sobre cómo usar la delegación comercial para expandirse internacionalmente puede encontrarse en el libro Marketing Internacional.