Filial de producción

Es la forma más compleja y de mayor coste para implantarse en un mercado exterior. La empresa crea un centro de producción propio en un país, para la fabricación integral y venta de productos, o para producir determinadas líneas de productos o componentes que se van a exportar a otros países donde ya se cuenta con red de distribución. Debido al elevado riesgo y a la cuantiosa aportación de recursos económicos y de gestión es una estrategia reservada a multinacionales que cuentan con una posición sólida en el mercado interno y tienen una amplia experiencia internacional. Las razones para crear filiales de producción son básicamente dos: buscar ventajas en costes (materias primas, energía, mano de obra, etc.) o abastecer un mercado de gran tamaño y, en su caso, mercados próximos. En algunos países como, por ejemplo, China, Brasil o Polonia se dan ambas, lo cual justifica el número creciente de multinacionales que han establecido sus centros de producción en ellos. Una información completa sobre cómo usar la filial de producción para expandirse internacionalmente puede encontrarse en el libro Marketing Internacional.